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¿Le ha pasado que una persona le interrumpe una conversación importante; que alguien le hace una llamada telefónica cuando ya estaba durmiendo; que un amigo suelta una indiscreción en el momento más inoportuno… o que lo hayan dejado hablando solo…?

En las relaciones interpersonales de cualquier índole –laborales, sociales, deportivas, religiosas, etc.- siempre se han aplicado normas de urbanidad y buenas costumbres. Son prácticas que se aplican en el ámbito físico y, también, a través de los medios de comunicación.

Debido a su objetivo, generalmente socializante, esas prácticas tradicionalmente aplicadas en la carta y la llamada telefónica son más visibles y frecuentes en las redes sociales, medios informativos que están intensamente asociados a nuestras actividades cotidianas.

Cada red social, con sus propias características, tiene un manual de modales, en parte convencional y en parte contenido en los reglamentos de cada red. Pero hay uno que nos puede servir de modelo, para que nuestra presencia sea agradable a los amigos, seguidores o miembros de grupo y nos evite, en consecuencia, algún tipo de problema.

10 mejores prácticas para el uso de WhatsApp

El manual de modales de WhatsApp reviste especial importancia, por la enorme cantidad de usuarios que la utilizan: más de 1.000 millones de personas, en 180 países. De acuerdo con informes de WhatsApp, sólo durante 2017 fueron enviados 75 mil millones de mensajes, entre los que iban 13 mil millones de imágenes y 5 mil millones de videos.

Es posible que entre esos 1.000 millones de personas, haya más de una que metió la pata, perdió amigos y hasta se buscó problemas, por haber dicho o hecho alguna simpleza o haber ignorado un detalle de cortesía.

Un manual de modales de orden convencional y aceptado ampliamente entre los estudiosos de las redes sociales, coincide en 10 técnicas para sacar mejor provecho al servicio de mensajería de WhatsApp.

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  • Conteste los mensajes

Dejar un mensaje en “visto” puede considerarse grosero y sugerir que la otra persona no importa. Basta con que el emisor borre el mensaje para que se dé cuenta de que el receptor no lo leyó. Si está ocupado, mejor deje la lectura del mensaje para cuando tenga más tiempo; pero hágalo, para que no haya malentendidos ni resentimientos.

  • Nuevos contactos

Si encuentra a un nuevo contacto que le ofrece una expectativa, sobre un trabajo o cualquier tema interesante, y consigue su número telefónico, no lo llame de buenas a primeras. Antes de hacerlo, mejor póngase en contacto con él, mediante un mensaje de WhatsApp. Hay personas que no atienden llamadas de desconocidos ni aceptan interrupciones.

  • Mensajes en la madrugada

Nada como que lo despierten a uno, en lo mejor de la madrugada. Hacer llamadas a horas inoportunas sólo debe considerarse como una excepción a la regla, para casos impostergables de verdadera importancia.

En algunas ocasiones se entiende que debido al trabajo o a alguna emergencia, los mensajes pueden llegar a horas poco habituales. Aunque siempre una llamada es mejor para algo sumamente urgente, en casos en los que es necesario atender un asunto particular, se puede justificar la hora.

  • Consideración al grupo

Cada grupo tiene un propósito que se debe respetar. Nada de hablar del embarazo de la tía Mary en el grupo de graduados del colegio, ni del regalo de cumpleaños de la sobrina en el grupo de trabajo. Si el objetivo del grupo perdió vigencia o interés, puede salirse o silenciarlo durante un tiempo, después de haber explicado la causa. Y si agrega o elimina a alguien, lo ideal sería darle una explicación.

  • Una conversación a medias

Como en toda conversación, despídase si ha terminado o dé una explicación, si tiene que atender algún asunto urgente. Si quedó en hacer una llamada, hágalo; si tiene que interrumpir un chateo, avise, inclusive después, cuando vaya a retomar la conversación.

  • El uso de emojis

Hay que hacerlo cuidadosamente, porque un emoticono o un emoji puede ser interpretado de diferentes maneras por diferentes personas. Es mejor dejar los emojis para cuando la persona es suficientemente conocida.

  • El uso de “phubbing”

Es una epidemia; una falta de cortesía y una molestia, que alguien esté viendo su celular y contestando mensajes, mientras se encuentra conversando con una persona o un grupo de personas. Como es de entender, la regla admite la interrupción en situaciones de urgencia, pero sólo en esos casos.

  • Cadenas, ‘memes’ y noticias falsas

En las redes sociales es frecuente ver que alguien reproduce una “noticia” que ocurrió hace años, o que transmite una información falsa. Peor aún si envía un meme que le parece graciosísimo, pero que ofende a otras personas. Y toda una tormenta perfecta, si la pifia se reproduce en cadena.

  • Un mensaje; no un discurso

El uso del audio puede ser práctico, si se usa con moderación. Puesto que se trata de un monólogo, un mensaje largo puede exasperar al destinatario. Hay que ir a lo concreto; de otra manera, es mejor que llame por teléfono.

  • ¡NO GRITE!

Como no sea la primera letra de un nombre propio o el inicio de un párrafo, una mayúscula cumple la función de recalcar algún punto; pero hay que hacerlo con mucho cuidado (si no se puede prescindir de ella) porque se puede interpretar que usted está gritando. WhatsApp permite el recurso de palabras en negrilla, cursivas, palabras y frases tachadas e, incluso, formatos para enfatizar, sin riesgo de malos entendidos.

Y una “buena práctica” más:

Sea cuidadoso con la ortografía; es señal de buen gusto y de respeto hacia nuestro interlocutor; nuestra carta de presentación, sin que importe la profesión o el oficio y especialmente si la comunicación es para algún asunto laboral.  No hay pretextos.  Las computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes con los que se chatea tienen corrector ortográfico.

Estas reglas aplican tanto en WhatsApp como en Facebook Messenger y otras plataformas similares porque, al fin y al cabo, son buenas prácticas de cortesía general que podrían aplicar también en las actividades cotidianas.

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